Me agarro de las greñas y me llamo su perra, me hinco y me puso delante de su pene, poco a poco fui besándolo, sus pelotas grandes y peludas me las metí una a una en la boca, seguía chupándolas luego con suma delicadeza deslice mi lengua sobre su tronco, poco a poco estaba siendo mía esa vara tan gruesa y dura, mi vulva estaba mojadisima me tocaba mientras seguía consintiéndolo como se lo merece mi amo.

Tome con mi mano aquel enorme tronco le chupe la cabecita despacito con cierta ternura y con aire de puta observaba sus gestos y me vio a los ojos ahí se hizo el click, el me tenia hincada yo era su perra lo tenía dentro de mi boca y mientras más lo mamaba más me sentía de el.

Con una mano me apretó una teta, jugueteaba con mi pezón yo gemía estaba ardiendo pero no dejaba de mamar, le dije sinuosamente, que rica verga papito, eso lo prendió más me tomo con fuerza por la parte detrás de la cabeza e hizo que me la tragara toda, casi casi tocando mi campanilla, yo seguía obedeciéndolo entre insultos que me cachondean más me seguía tocando ya quería que me cogiera.

Pero antes de eso quería regalarle la mamada de su vida, quería prepararlo para lo que seguía, empecé a chupar rápido, tenia sed, sed de su ser, quería beberme su leche, mientras chupaba jugaba con sus bolas seguía y seguía, hasta que me dijo que ya venía, no me despegue quería comérmelos, saborearlos, poco a poco sentí como se retorcía y si mi premio estaba por venir, ese liquido espeso y sabroso estaba en mi boca que rico, seguí besándole la cabecita mientras me veía como me comía su producto, fue lo mejor, pero después seguía lo mejor  y…

Continuara

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